Comienzo esta Caótica Ruta Galega en la estación de tren de A Coruña. Llegada rondando las nueve de la mañana, razonablemente descansado tras el trayecto nocturno en el tren-hotel. Descanso con poca calidad de sueño, algo de frío (especialmente cuando a uno le da por mirar a través de la ventana a las 6 de la mañana y a la altura de Monforte), pero todo ello muy gratificante con esa sensación impagable de traqueteo. Me dirijo a la oficina de alquiler de coches, donde una simpática mulata con fuerte acento galego (lo siento por VOX, cosas de la integración), me atiende amablemente y me entrega el pequeño coche con el que tras una semana acabaré haciendo... ¡mas de 1.500 kmtos.!
Carretera y manta, salgo camino de Mondoñedo... ¿a Mondoñedo? ¿Por qué tan lejos estando en Coruña? ¿120 kmtos. de coche para empezar?. La razón viene dada por el propio carácter caótico del viaje, basado sobre todo en conocer los rincones de Galicia que no había visitado, así como intentar evitar las zonas más urbanizadas. Dicho y hecho. Parada logística intermedia en Villalba (pueblo natal de ese prohombre llamado Manuel Fraga), para sacar pasta y comprar vituallas de supervivencia. Desde el coche veo los campos, que aparecen completamente blancos por la escarcha ("pelonas"), aunque hace un sol radiante. Todo ello aderezado además con mi propósito de no usar GPS, y fiarme solo de un auténtico mapa de carreteras de la zona. Resultado, algún que otro despiste, pero enfilando más o menos bien el destino... Dicho lo cual, llegada a Mondoñedo...
Y en cuanto a mi planificación sobre que hacer en el día de hoy, no podía ser mas adecuada dado el excelente tiempo:
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De esta ruta opté por "pasar" de la Cova do Rei Cintolo. El día pedía a gritos aire libre y luz, y no agujeros. Alucinando igualmente de que estando en esta época del año, las hortensias se mantengan en flor, y buena parte de los helechos conserven su verdor. Y si además te puedes permitir el lujo de almorzar un bocata sentado junto a un camino, a pleno sol, y rodeado de vacas pastando en verdes prados... Galicia calidade en su máxima expresión...
Retorno a Mondoñedo, café y coche. Y mar... ¡que toca ver el mar!. Siguiente destino: Foz. Dicho y hecho. Largo paseo por sus recogidas playas, terminando en el paseo marítimo por la zona de mar abierto.
Y después de Foz, camino hacia Burela, el que iba a ser el centro de operaciones en mis dos primeras noches de estancia gallega. Camino de Burela, paré en el pequeño castro de Fazouro:
https://es.wikipedia.org/wiki/Castro_de_Fazouro
La previsión y reserva de alojamientos para este viaje la hice meses atrás vía booking.com. No es ni mejor ni peor que otras webs de este tipo, ni tengo intención alguna de publicitarla, pero reconozco que ya me he acostumbrado a manejarme con ella, y me resulta muy práctica. El alojamiento en Burela lo hice en el Hotel Nordes, y tengo que reconocer que fue, con diferencia, el mejor de todos los que tuve durante mi periplo gallego, incluyendo relación calidad-precio.
Tras un rato de descanso (llevaba todo el día sin apenas parar), me decidía a dar un paseo por Burela. Se ve como lo que es, un importante puerto, y de hecho pensé a cenar en el restaurante del propio puerto ("A Lonxa"). Desgraciadamente me di cuenta que mis horarios, muy europeos en el sentido de hacerlo todo demasiado pronto, no se adecuan a los que me encontré habitualmente en Galicia. Parece razonable en una región tan occidental que, por ejemplo, no se sirvan cenas hasta las 9 de la noche, pero como digo, choca con mis "horarios tempranos", así que opté por buscar otro sitio ("Mis en Plas"), que la verdad, resultó satisfactorio.
Vuelta al hotel, lectura, y merecido descanso.
