domingo, 11 de agosto de 2019

Citas (I)


"La creencia popular, esa gran mentirosa, atribuye a los ancianos una sabiduría y una serenidad superiores a las de los jóvenes. Alcanzada una edad provecta, el cuerpo se ha liberado de sus necesidades más acuciantes, de sus deseos lascivos, de su hambre voraz y de su temperamento irascible. Los ancianos son pacientes, los ancianos prefieren la paz a la guerra, los ancianos saben escuchar y, cuando hablan, lo hacen desde la atalaya de mármol con letras de bronce en la que el tiempo y la paciencia les han colocado, y en la que es cuestión de tiempo que acaben sus días, solidificados, como ejemplo y recuerdo para las generaciones venideras.

Todo eso no son más que gilipolleces, piensa Ramón Ortiz.

Los ancianos son intransigentes, están cargados de prejuicios, sólo conocen una manera de hacer las cosas.

Los ancianos son los que comienzan las guerras, por orgullo, por dinero o por patriotismo. O cualquier mezcla de las tres anteriores.

Los ancianos tienen las mismas necesidades que cualquier adolescente salido y famélico. Si el cuerpo se lo permitiera se pasarían el día bebiendo hasta perder el conocimiento, comiendo hasta reventar y follando hasta que la polla se les cayera a trozos. Dos mil millones de cápsulas de Viagra vendidas al año ratifican esto último.

Pero el cuerpo no se lo permite."