martes, 27 de abril de 2010

La Sal de este mar

Por suerte o por desgracia, me prodigo poco delante de la TV. Apenas un perezoso zapeo al final de mi jornada multidisciplinar. La verdad es que pocas veces acabo sucumbiendo ante la oferta televisiva, pero esta pasada noche fue uno de esos momentos. El La 2 emitieron un film titulado "La Sal de este mar".

Narra la historia de dos palestinos, Soraya y Emad, con vidas completamente distintas pero que tienen en común un sentimiento de marginalidad, que se conocen en Palestina en el momento en que uno (Soraya) desea quedarse y el otro huir (Emad). Soraya tiene veintiocho años. Nació y se educó en Brooklyn, pero ha decidido regresar a Palestina, país del que su familia tuvo que exiliarse en 1948. Desde su llegada a Ramallah, intenta recuperar el dinero de sus abuelos. Por su parte Emad, nacido en los territorios palestinos, ha conocido toda su vida la ocupación y la realidad palestina, y tiene como máximo sueño obtener un visado para ir a estudiar a Canadá y marcharse de allí.




El resultado es una mediterranea Road Movie que no pasará a los anales de la historia cinematográfica como un peliculón, pero si algo consigue aportar es dar un aire de occidentalidad y modernidad al auténtico drama que supone la desposesión de la tierra inflingida al pueblo palestino por parte de los hijos de Judá.

Por alguna extraña razón en los últimos meses han pasado por mis manos diversos libros sobre el conflicto arabe-israeli en Palestina, además de leer con detenimiento las "crónicas palestinas" de mi buen amigo Mota (ver enlace en mis blogs recomendados). Creo tener una visión bastante completa del drama de aquella tierra y de aquel pueblo, y ciertamente el film comentado no alcanza el completo dossier manejado por todos los autores que he leído. Sin embargo la inmediatez del medio cinematográfico permite sentirse más "cercano" a la siguiente situación: "¿Qué pasaría si un día me diesen "bola" de mi casa con argumentos tan peregrinos como la voluntad de Dios?". "¿Como me sentiría volviendo varios años después a la que fue mi casa familiar, viendo que está ocupada por unos extraños?".

Que se lo pregunten a los Palestinos. Que se lo pregunten a la población balcánica. ¿Tan lejos? No. Tan cerca...